La casa
de enfrente no tiene sentido.
Nada lo
tiene.
El
viejito sacude el mantel, es un viejo común y corriente.
Ya no
es él dentro de unos 30 años, no tiene arrugas de tantas risas compartidas, no
tiene manos gastadas de acariciarme, no tiene el tiempo mágico en su mirada.
La
señora barre el balcón, y no pude adornarla con 20 años menos ni le vi cara de
Noelia. Le grité que lo abrazara aunque sea, pero me miró con gesto de“¿estas
loca?"
Ellos
no entienden nada.
Nadie
lo entiende.
Ni él, joven
ahora o viejo acá enfrente.
Nadie
entiende lo que a uno le pasa cuando pierde todo lo que ama, nadie entiende lo
que a mi me pasa.
Hay un
mañana que me arroja payasos tristes, princesas muertas y peor aun, escarpines
de bebés que juegan a los monstruos, y me asustan susurrando canciones de cuna
para dos angelitos llamados Jahaziel y Paloma.
Las
agujas del reloj corren hacia atrás para protegerme y darme un respiro de paz, un
montoncito de completud, esa completud que me hacia la vida maravillosa.
Él me
hacia la vida maravillosa porque mas que el amor a mi jamás me importo nada…y él,
que se fue, que exploto, que se incendio y dejo su recuerdo, su ruido y su
ceniza…él era el amor.
Y
diciendo amor digo mas que eso, porque cualquiera podría consolarme con la
espera del siguiente, pero mi hombre era mas q la luz y el calor, se convirtió
en el sol…la fuente.
Yo no
soy yo desde que lo conocí. Me alimento si esta él, río si él me inspira, me
siento linda solo si él me mira. Es palabra y significado, digo amor y digo
el…digo amor y exhalo angustia, y cuento soledades, y renazco mil veces en la
muerte.
La casa
de enfrente esta pintada en un cuadro llamado los sueños truncados.
El
viejo se sienta a la sombra, me extraña y desubica su contextura física, no tiene
sus cejas gruesas ni rasgos árabes, no tiene su cicatriz y es bastante mas
alto.
Quiero
rogarle a la señora un abrazo, que me reconstruya la mirada de enamorada
sutilmente con ese gesto…un abrazo: así pienso que es él con otra cara, que soy
ella con otro color de pelo.
-"Dele un abrazo señora"-…dele un abrazo así me lo
creo, así le digo nuevamente para mis adentros que lo amo, y que mirando al
frente nos veo a nosotros y nuestra vida de jardines colgantes en rostros
ajenos.
Pero la
escena oscurece con la tarde, con el tiempo estático y los silencios.
Y
vuelve a no tener sentido.
Nada lo
tiene.
Ni el
viejo.
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