viernes, 17 de octubre de 2014

Y DESCUBRI EL DOLOR

No se si fue ese el día que descubrí el dolor, pero sí fue el día que me marcó la conciencia del dolor y que por eso recuerdo hasta hoy...
Los varoncitos jugaban en el arenero, yo no se con quien ni que andaba haciendo...pero me recuerdo chiquita y buena, muy buena...encandilada por el sol en el medio del patio del jardín de infantes. Ya desde ese entonces me sentía distinta pero aun no sabia darle un significado ni valorarlo.
Los varoncitos jugaban en el arenero, amontonados, riendo y entusiasmados de tal manera que llamó mi atención y le pregunté a una nena que pasaba por al lado mio si sabia qué era lo que estaban haciendo.
-"Están enterrando a un pajarito vivo" -me contestó.
Se me silenció el jardín.
Se me pagó el sol.
Se me detuvo el tiempo.
Me silenciaron el jardín.
Me apagaron el sol.
Me detuvieron el tiempo.
Envuelta en una neblina de sombra helada, no recuerdo mas nada que un grupo de niños estrujándome fuerte el corazón, dejándome sin respiración y con el pechito lleno de angustia y llanto, de repente era ese pajarito queriendo salvarse, respirar, volar...
Me encantaría creer que hice algo por salvarlo, que salí corriendo a contarle a la maestra o que sonó el timbre y el pajarito pudo salir volando...pero creo que quede paralizada de dolor y mi cabecita de nena era muy inocente y chiquita como para saber que hacer...y también para recordar que pasó después.
Solo se que no recuerdo el mundo tan malo antes que eso, conocí el dolor de una manera adulta, conocí la impotencia y la maldad, la crueldad ante el débil, la vulnerabilidad de los animales, la inconsciencia del hombre. Jamás vi la vida de la misma manera.
Tengo 26 años y no hay momento que ese recuerdo no me genere angustia e impotencia. Ahora suelo llorar, pelear o gritar cuando algo me estruja el corazón...en ese momento, no pude mas que ser un pajarito.

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